Tengo semanas de no sumergirme en una de las cosas que he descubierto que me gusta hacer, y es la
de ESCRIBIR.
El descubrir que escribir es una de mis pasiones reprimidas, fue
una de lecciones más grande para mí, así
que me dije desde ese instante: cuantas más tengo y no conozco? Cuánta felicidad me estoy perdiendo?? Es mi deber, si quiero realmente ser feliz, enfrentar mis pasiones y aprender a conocerlas…
Te cuento que he descubierto varias, así que trabajo en ellas para sacar
lo mejor de mí junto a ellas.
Así que eso me trajo el día de hoy hasta aquí, a pensar que normalmente nos pasamos la vida diciéndonos
y más bien ordenándole a nuestro cerebro para que somos buenos, pero me
pregunto: en serio nos hemos parado a preguntarnos y aceptar, cuál es nuestra
verdadera pasión o pasiones, que nos mueve, que estaríamos dispuestos hacer por
ser verdaderamente felices a través de ellas???
Desde que me hice esa pregunta cada día me asombro de mi
misma. El camino que estoy recorriendo y el juego de la vida que me lleva a
re-inventarme cada día.
Y que es un detonante muy positivo para mis demás actividades.
Un día pacté con Dios, con mi vida para saber en qué realmente soy buena, en descubrir mis
pasiones , en soltar cargas y en sumergirme en el maravilloso camino del DESPRENDIMIENTO
, así que empecé aprender a fluir con la vida, porque ella te lleva por caminos
jamás imaginados y a la vez te regala emociones y sensaciones únicas, muchos le
llaman ley del desprendimiento, ley del mínimo esfuerzo… ¿??
No sé, pero desde que conocí esta emoción, este sentir de
tranquilidad por la vida, por saber que hasta en la biblia está escrito que los
pájaros por orden divino siempre tienen que comer y las plantas tienen que
vestir .
Porque dudar que nosotros estamos dentro de ese orden divino…???
La clave está el aprender a disfrutar y estar centrado en el
presente y no en los resultados futuros esos son los indicativos de que estamos fluyendo y
cuando realmente fluimos, accedemos a una fuente de inspiración inagotable en
la que misteriosamente uno no se siente cansado porque estamos implicado con todo nuestro ser desde un aspecto más lúdico, más divertido.
Hacer las cosas desde el juego y no desde la obligación es
la clave y esto no significa
irresponsabilidad, significa flexibilidad para permitirse errores, fracasos,
críticas y sobre todo descansos.
Desde que aprendí que no estoy aquí para hacer las cosas perfectas, estoy
aquí para aprender experimentando, disfrutando y aplicando nuevas opciones
creativas.
Y que a esta acción
se le llamaba la ley del mínimo esfuerzo,
porque en resumen es una cuestión de
actitud, de empezar a soltar todas las cargas impuestas y autoimpuestas y
centrarse en hacer solo lo que es esencial, con eso es más que suficiente.
Así que recuerdo
estás palabras siempre y me ayudan mucho: ¿De qué te servirá ser un gran
corredor de maratón, dejarte la piel en el camino y alcanzar siempre tus
objetivos, si al final te has olvidado del proceso y te encuentras sin energía
para saborear los frutos?
Es mejor disfrutar cada momento alcanzado aunque no sean lo
que estábamos esperando, sonreír por cada momento, porque cada uno de ellos nos
lleva a un crecimiento y una forma de APRENDER a disfrutar de una manera diferente, así que me quedo con mi nueva forma
de vivir y ver la vida, “conseguir más haciendo mucho menos”.
Así que ya no quiero prometerles cuando vuelvo a escribir,
voy a fluir con este maravilloso don que he descubierto y cada vez que me lean,
me leerán desde el corazón….
Abrazos con cariño para tod@s.
yo he aprendido en vivir el presente, ser feliz con lo que me gusta hacer estando consciente del hoy y disfrutar del proceso y voy creciendo para ser mejor persona. Eso me hace feliz! :)
ResponderBorrarAsí es Maggie, esa es la clave de todo, aprender a vivir en el presente y disfrutar de todo. Gracias por compartir tu experiencia y leerme.
ResponderBorrarabrazos con cariño para tí.